POLLO SATAY

 

 

Parece mentira, pero casi no me acuerdo de cómo se publica. He tenido que trastear algunos botones y probar para qué servían. Hace más de tres meses que no escribía un post y no ha sido por capricho, no siempre se tienen las mismas ganas de hacerlo y no siempre se puede, pero hoy quiero retomar la marcha del blog, aunque me lo tomaré con más calma.

 

Gracias a todos los que no me habéis abandonado visitándome casi con tanta asiduidad como cuando publico y gracias por llenar mi correo de mails preguntando si algo me pasaba y si volvería pronto.

 

No he hecho grandes ni espectaculares recetas pero sí que hemos experimentado con algunas novedades. Lo mejor, que todo estaba muy rico, lo peor, que no tengo recuerdo fotográfico de ellas. Una tengo, la verdad, porque saqué la cámara cuando ya estaba en la mesa y disparé, a traición, como la mayoría de las veces. Hacer una buena foto conlleva mucho, muchísimo conocimiento, esfuerzo y trabajo y hacer algo decente, no es cosa fácil así que, o disparas a traición, o las recetas se quedan sin foto.

 

La receta que os traigo hoy la he hecho esta semana a petición de los comensales por el recuerdo que tenían de ella, un rico plato asiático, que combina el sabor dulce-salado de manera exquisita. Y así, de la misma forma traicionera, le disparé sobre la mesa de la terraza para traerla hoy aquí. Ahora que veo la foto, me doy cuenta de que no se aprecia bien la rica salsa, ya la cambiaré cuando pueda. No es así como había planeado mi vuelta, pero ya lo iré arreglando.

Retomamos la marcha!!!.

 

POLLO SATAY o SATÉ DE POLLO.

(sin Thermomix)

 

Necesitarás:

- 1 pechuga de pollo

- salsa de soja

- 1 bote de leche de coco

- 2 cucharadas soperas de crema de cacahuete

- 1-2 cucharadas soperas de miel

- una cucharadita de curry

- aceite de girasol para freir (puede ser de oliva)

 

Así se hace:

1. Corta la pechuga de pollo en lonchas y después en tiras.

2. Colócala en una fuente honda y pon salsa de soja hasta que esté bien empapada, no hace falta cubrir del todo. Reserva en el frigorífico, mejor de un día para otro, o varias horas para que esté bien macerada.

3. Pon a calentar una sartén con un chorro de aceite para freir, no demasiado. Escurre bien las tiras de pechuga, reservando la salsa de soja y dóralas bien, sin pasarlas, pero que estén prácticamente para comerlas.

4. Añade la salsa de soja reservada y, si es necesario, un chorrito más y deja reducir a fuego medio.

5. Cuando nos quede poco caldito (no las dejes secas del todo), pon el bote de leche de coco, las cucharadas de crema de cacahuete, miel y curry. Integra todo muy bien y deja cocer hasta formar una salsa unos 10 minutos a fuego fuerte primero y, cuando rompa a hervir, lo bajamos a medio-bajo hasta que la salsa quede como queramos.

 

* Este plato está estupendo acompañado de arroz blanco, patatas fritas y/o ensalada.

 

A mis peques les encanta, a ver qué opinas tú!!!.